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lunes, 25 de febrero de 2008

¡Peligro… peligro!


Por The 79 Warrior

El ambiente en un arena llena, con una rivalidad a tope en el ring y con el drama del resultado en juego en la tercera caída, son elementos que en conjunto parecen insuperables para disfrutar de la lucha libre en vivo, sin embargo, pocos son los casos en que el primer encuentro con el arte del gotch se da justo en un local luchístico.

Y es ahí donde juegan un papel importantísimo los narradores o comentaristas que son el aderezo de este deporte-espectáculo y que se vuelven personajes trascendentes tales como los de los mismos luchadores.

Como ya comenté en el post previo, fue un afortunado accidente con el control remoto el que me llevo a la lucha, un gran encuentro el que me hizo mantenerme en el canal, pero una gran narración la que acabó por volverme adicto. Yo fui a una arena por primera vez, muchos años después.

- Esto Es indignante Magadán… ¡ES INDIGNANTE!
- No sé de que me habla doctor
- En la jaula hay una mayoría de rudos y eso no lo consignas… ¡No lo consignas por Dios! ¡ME VOY A DERECHOS HUMANOS, A VER SI TODAVÍA ESTÁ ABIERTO!

(Fragmento de Infierno en el ring 2007 entre Leobardo Magadán y el Doctor Alfonso Morales)

En ocasiones una lucha aburrida puede volverse animada con el puro trabajo de los narradores y frases que ya forman parte de la cultura del pancracio.

“Los Rudos, los rudos los rudoooos!
“Esto es para la historia… vaya tope entre segunda y tercera”
“Lo puso a bailar un oso… pero sabroso”

Algunos, como el citado Magadán también se mofan de su propio público consumidor, sin caer, aparentemente, en la ofensa.
- Este es Shocker, el hijo del Pato Soria, líder de la High Society, bueno, bueno, perdón, Alta Sociedad, para los que estudiaron en escuela pública.

O uno de los más jóvenes, Leonardo Riaño, que cambia de bando a cada caída de tal forma que nunca pierde, haciendo enojar a sus compañeros de transmisión.

- Ganaron nuestros rudos, mi Leo… Casanova de Izcalli”

Y cambiando de país, en la WWE, Hugo Savinovich también resalta sus transmisiones con gritos de alrma que ya son clásicos como “¡Peliiiigro… peligro!” o el aún más emotivo “¡Noooo…. Está loco… ESTÁ LOOOOCO!
Ciertamente la lucha libre es un conjunto de muchas emociones… y no todas se concentran en esa plataforma de 6 x 6 metros.