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lunes, 9 de agosto de 2010

Los Minis en la Lucha Libre







Nacieron en una de las etapas más difíciles del Consejo Mundial de Lucha Libre, cuando en 1992 se dio una desbandada de talento a la naciente AAA, y pese a la adversidad salieron adelante.

Supieron ganarse el respeto del público y callar las bocas de sus detractores, pues su calidad sobre el encordado hablaba de hombres que, aunque de baja estatura, poseían los conocimientos, disciplina y amor a la lucha libre.

Mazakrito, Pequeño Pierroth, Pequeño Tritón, Mascarita Mágica, Último Dragoncito, Aguilita Solitaria, Cicloncito Ramírez, Pequeño Jaque Mate, Platita, y Gargolita fueron los diez pequeños que dieron vida a este sueño de los Pequeños Estrella el 10 de agosto de 1992, en la Arena México.

De aquellos solo continúan cuatro: Cicloncito, quien actualmente encarna a Pequeño Olímpico; Gargolita, recientemente desenmascarado bajo el personaje de Bracito de Oro; Último Dragoncito y Pequeño Pierroth. El último que se retiró fue Mascarita Mágica, quien dijo adiós a los encordados con el nombre de Fire.

El caso de Virus es por todos conocidos, en alguna etapa de su carrera fue Piratita Morgan y Damiancito el Guerrero, pero demostró tener los arrestos suficientes para demostrar su capacidad con luchadores de estatura estándar, siendo el ganador de un torneo con el que se ganó la oportunidad de alternar con “los grandes”.

Generalmente un luchador ya reconocido es quien apadrina u otorga el nombre a su mini, por eso el caso de Mascarita Dorada es histórico, pues es el único mini que ha dado el nombre a un luchador de talla normal, naciendo así Máscara Dorada.

Con el paso del tiempo esa costumbre de personificar la versión pequeña de un luchador ha variado ya que han surgido elementos con personalidad propia como Bam Bam, Eléctrico, Cisne y Demus 3:16 entre otros, aunque no se ha perdido la vieja costumbre, siendo el más reciente Pequeño Máximo.

Son 18 años de entrega y pasión de unos luchadores en toda la extensión de la palabra; despreciados en ocasiones, pero reconocidos siempre por su talento, elementos que se siguen brindando como el primer día (muchas veces superando en calidad a los luchadores estrella) en busca del aplauso de la gente y los empresarios, demostrando en cada batalla que están listos para los grandes eventos.

Su camino no ha sido nada fácil, en él han quedado por lesiones elementos como Niño de Acero, quien en Puebla se lastimó gravemente a principios del año pasado, muestra fiel del difícil andar de un gladiador.

De parte de R.E.G. mandamos una felicitación y el reconocimiento para los hombres que saben que la grandeza no se mide de los pies a la cabeza, sino de la cabeza al cielo.